En la Provincia de Buenos Aires, a un lado de la Ruta Nacional Nº3, dentro del Partido de San Miguel del Monte, cuya Latitud puede ubicarse en los 35º.16´.60 S y su Longitud a 58º.47´ 60w nos erigimos orgullosamente quienes de alguna manera formamos parte de la comunidad de Abbott, lindo pueblito, pequeño y mezclando modernidad con una pausa en el tiempo.
Personalmente no soy poblador estable, solo de fines de semana, pero es ese mi lugar en el mundo, es mi pueblo por adopción.
Esa mezcla entre modernidad y tiempo detenido es obviamente una diferenciación entre quienes se enorgullecen de ser la población estable del pueblo y aquellos que hemos elegido a Abbott para construir una casa de fin de semana, obviamente esta más moderna, pero en ambos casos vemos gente orgullosa del pago, admiradora de semejande verdor y un tren que cada tanto hace barullo pero que desde un tiempo atrás se ha olvidado de este terrunio.
Vayan estas palabras a modo de introducción en la creación de este espacio en el que intentaré con el mayor de los respetos, reflejar y plasmar dentro de mis limitaciones un paisaje que se me antoja de ensueño, solo por sus calles, sus cardos, caminos de tierra y arboledas.
Las estadísticas dirán que allá por el año 2001 se realizó un censo y que de allí surgen sus 511 habitantes oficializados y previo a este dato estadístico, eran 495 hermanos quienes hacia 1991 tenían el honor de habitar estas tierras.
Mi sincero agradecimiento al creador por haber dado origen a este lugar, hasta la proxima
Personalmente no soy poblador estable, solo de fines de semana, pero es ese mi lugar en el mundo, es mi pueblo por adopción.
Esa mezcla entre modernidad y tiempo detenido es obviamente una diferenciación entre quienes se enorgullecen de ser la población estable del pueblo y aquellos que hemos elegido a Abbott para construir una casa de fin de semana, obviamente esta más moderna, pero en ambos casos vemos gente orgullosa del pago, admiradora de semejande verdor y un tren que cada tanto hace barullo pero que desde un tiempo atrás se ha olvidado de este terrunio.
Vayan estas palabras a modo de introducción en la creación de este espacio en el que intentaré con el mayor de los respetos, reflejar y plasmar dentro de mis limitaciones un paisaje que se me antoja de ensueño, solo por sus calles, sus cardos, caminos de tierra y arboledas.
Las estadísticas dirán que allá por el año 2001 se realizó un censo y que de allí surgen sus 511 habitantes oficializados y previo a este dato estadístico, eran 495 hermanos quienes hacia 1991 tenían el honor de habitar estas tierras.
Mi sincero agradecimiento al creador por haber dado origen a este lugar, hasta la proxima
Bueno, al menos veo que no soy el único que decide hacerse "abbottense" por opción... Fue una sorpresa descubrir tu blog. Estoy en plena campaña para conseguir un lugar en el pueblo, no para vivir en forma permanente sino, como vos, para tener un lugar a donde escaparme de vez en cuando. Descubrí Abbott hace poco, y ya lo considero un de mis lugares en el mundo. Ojalá que pueda concretar mi plan, y tal vez nos crucemos por esas calles algún día.
ResponderEliminarHola, soy el creador de www.eldiariomonte.com
ResponderEliminarQueria invitarte a vos y tus lectores, de que he creado un foro, para poder compartir ideas, discutir y expresar opiniones respecto a cualquier tema, como contar anectodatas y porque no, un lugar donde la gente pueda conocerce un poco cada dia mas.
Hola.
ResponderEliminarVivo en Abbott hace un año aproximadamente. Soy una de esas que aterrizaron una vez acá y se enamoraron del lugar. Tengo la dicha de ser habitante permanente y eternamente...
Te paso algo que escribí sobre Abbott, especialmente sobre una casita que se encuentra en el Campo "9 de Julio", pegado a donde vivo. Si puedo te mando una foto, pero ahora no tengo. LA CASA DE ADOBE
Las ruinas de la casa de adobe, están en el campo de al lado, suelo traspasar el alambrado para sentirla. Es recuerdo. Todo lo que queda de la casa son recuerdos. Las pocas paredes que permanecen los murmuran. Uno puede recorrer aquellas nimias ruinas y escucharlos. Adobe sin techos se mezcla entre los pastizales y las heces de las nuevas vacas. Ventanas sin vidrios que se avergüenzan de sus postigos vencidos y donde se acurrucan las estrellas.
Y el silencio.
El silencio lo dice todo, hace que el olvido sea cada vez más firme.
Sólo brama el pobre monte de eucaliptos, que intenta conversar con las voces calladas, que, sin embargo, hablan. Si uno busca en los rincones, en las paredes que ya no forman esquinas, entre las sucias baldosas que se adivinan debajo de las alpargatas, o sobre la mesada de la cocina que poco a poco se quedó solitaria, uno puede escuchar los secretos, tan pegados que han quedado.
Desde allí seguramente el paisano miraba sus animales, tomando mate con sus hermanos. Aquí su china cocinaba y en días fríos de invierno delante de esa mancha negra, se abrigaban. En este cuarto donde el techo ahora es cielo, se amaron. Hasta se escucha la música de las guitarras debajo de los frutales o el relinchar de algún caballo, atado al palenque, relegado. Se puede sentir el chirriar del fuego del asado entre las cenizas mezcladas de barro, un fuego que calentó esperanzas, cantó victorias, y murió despacio.
En medio del campo, tan cerca del casco principal, solitaria ha quedado, la casa de adobe.
Hoy escucho sus voces en el silencio. Teñido de soles, el silencio no calla. Y poco a poco, el olvido le recuerda su soledad.
Uno puede leer los recuerdos.
Uno puede escuchar el silencio.
Uno no puede revivir el olvido, sin embargo, dentro mío, están aquellas imágenes que completan la mirada de ahora. ¿Cómo es que las poseo?
Siento que la casa de adobe, cien años atrás, fue mía.
Mi mail: maricel2711@yahoo.com.ar
Soy Jorgea Amido alli nacio mi abuela Susana Vendrame y vivio mi bisabuela Cyetana barragan ¿se podra conseguir alguna documentaciond e donde vivieron??
ResponderEliminarmi email jorgeamido@hotmail.com